La inteligencia
artificial (IA) es un área multidisciplinaria, que a través de ciencias
como las ciencias de la computación, la matemática,
la lógica y
la filosofía,
estudia la creación y diseño de sistemas capaces de resolver problemas
cotidianos por sí mismas utilizando como paradigma la inteligencia humana.
La inteligencia artificial,
por lo tanto, consiste en el diseño de procesos que, al ejecutarse sobre
una arquitectura física, producen resultados que maximizan una cierta medida de
rendimiento. Estos procesos se
basan en secuencias de entradas que son percibidas y almacenadas por la
mencionada arquitectura.
Los dispositivos que cuentan
con inteligencia artificial pueden ejecutar distintos procesos análogos al
comportamiento humano, como la devolución de una respuesta por cada entrada
(similar a los actos reflejos de los seres vivos), la búsqueda de un estado
entre todos los posibles según una acción o la resolución de problema mediante una lógica
formal.
En la actualidad, la forma
de inteligencia artificial más popular existe en los videojuegos, dado que su
consumo es masivo. En este contexto, se aplica a enemigos y personajes
controlados por el ordenador, para que su actuación a lo largo de la experiencia interactiva
resulte creíble y parezca espontánea. Demás está decir que el tipo de
inteligencia artificial utilizada en cada caso es diferente, y responde a una
serie de necesidades particulares.
Antes de continuar, es
importante aclarar que no debería malinterpretarse el concepto por la presencia
del término “inteligencia”, el cual también suele comprenderse y usarse de
forma incorrecta: una entidad virtual con
una inteligencia artificial avanzada no necesariamente es rápida y hábil;
programar un ser cuya prominente torpeza y lentitud parezcan creíbles también
requiere de un gran trabajo en este campo.
Sin lugar a dudas, una de las aplicaciones más interesantes y significativas de
la inteligencia artificial es la investigación científica. Con la ayuda de un
ordenador, y más aún un conjunto de ellos, se potencian considerablemente las
posibilidades del ser humano de descubrir los misterios que tan apasionadamente
viene persiguiendo desde hace siglos. Cuando se otorga a estos dispositivos la habilidad de
aprender y de discernir, se los convierte en entidades que rozan las
capacidades de un superhombre, dado que alcanzan velocidades de procesamiento
imposibles para nosotros y que no necesitan descansar para funcionar, entre
otras ventajas que los ubican por sobre los seres vivos en este contexto.
es muy interesante !! quiero que subas cada novedad asi!!
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